«Ahora echamos de menos nuestras industrias». Artículo de opinión de Aurelio Azaña

La crisis sanitaria provocada por el coronavirus de las últimas semanas está repercutiendo negativamente en la economía andaluza y por ende, en nuestra industria y a los sectores productivos. En este contexto, queremos compartir en nuestro blog este artículo de opinión de Aurelio Azaña, CEO de Azcatec y ex vicedecano de ASIAN, publicado hace unos días en la web de su empresa, y titulado «Ahora echamos de menos nuestras industrias».

«La situación actual a nivel económico e industrial lleva preocupando a empresarios y profesionales andaluces desde hace bastante tiempo. Las consecuencias las estamos viviendo con la crisis de una pandemia global por coronavirus, que afectará a todos los niveles del sistema productivo. Andalucía es una región que depende en gran medida del sector turístico y servicios, y así lo ha incentivado los últimos años.

No ha sucedido lo mismo con el que debiera haber sido uno de los pilares fundamentales en nuestra región. Cuando cerramos nuestras fábricas y las llevamos a China por el cortoplacismo de conseguir menores costes de producción, perdimos no solo la capacidad de producir, sino también la capacidad de producir tecnología y conseguir que esa tecnología se desarrollase industrialmente. 

Hoy, los centros de producción están en Alemania (con suerte) y en los países del Sudeste asiático, pero en España hemos perdido gran parte del sector industrial a cambio de ser el sitio de sol y playa de los jubilados de los países nórdicos.

Ahora, en una situación de emergencia, tenemos que ir a comprar productos necesarios para combatir esta pandemia a las industrias de Alemania y sudeste asiático compitiendo a nivel mundial con otros países con las mismas necesidades y a sabiendas que aquellas industrias nos venderán lo que en su país no se necesite para sus propios ciudadanos. Es lo que lamentablemente ha pasado en Alemania donde se han requisado productos (respiradores) destinados a la exportación para atender a sus propios ciudadanos.

Ahora estamos comprando precipitadamente, sin control de calidad, sin homologaciones y al precio que otros decidan. Esta crisis se va a llevar por delante a muchas empresas, pero, como en todas las batallas, siempre hay algunos que se “forran” haciendo negocios sustentados en las carencias de tantos otros.

Durante la segunda guerra mundial Reino Unido y Alemania pudieron fabricar material bélico gracias a la reconversión inmediata de sus industrias que en tiempos de paz se dedicaban a fabricar automóviles, cazos de cocina y otros productos para la sociedad civil. Si hubiésemos tenido un sector industrial potente, esas fábricas ahora podrían estar construyendo todos esos elementos que ahora podrían salvar muchas vidas.

Organizaciones profesionales, empresas y empresarios industriales han intentado en varias ocasiones poner de acuerdo a los políticos para que fomenten un pacto por la industria (tanto a nivel nacional como en Andalucía) y al final, todas estas iniciativas se han utilizado como arma política o con objetivos propagandísticos dando la imagen de que todo se movía para que todo quedase igual.

¿Dónde están esos políticos que veían como nuestro PIB industrial caía año tras año y no hacían nada por remediarlo?

Pero basta de lamentaciones. Estamos donde estamos y hay que salir de la crisis de la mejor manera posible y al menor coste de vidas posible. No sé si la solución a corto plazo pasa por ingeniárnoslas (y en eso a los españoles no hay quien nos gane) para fabricar mascarillas en las casas que atrapen nanopartículas, fabricar respiradores en impresoras 3D o producir el oxígeno medicinal con una pila de combustible, que con energía solar fabrica hidrógeno y ese oxígeno tan valioso a partir del agua. Cualquier solución es válida para intentar salvar el mayor número de vidas posibles.

Sí, sé que cuando todo esto termine, alguien tendría que dar los pasos apropiados para hacer un verdadero plan de reindustrialización del país y de nuestra región y cubrir con industria nacional, al menos,  las producciones  básicas que necesitamos como sociedad para ser autosuficientes: alimentación, salud, movilidad, metalmecánica, construcción industrializada, química, farmacéutica, fertilizantes, sin olvidar la producción de energía ( esa necesidad básica del individuo sin la cual tampoco podríamos vivir).

Y en este momento la sociedad civil tendrá que reaccionar para marcarle las líneas de actuación a los políticos e impedir que pase como está pasando en esta crisis: enseñar a tomar decisiones fundamentales para prevenir, en lugar de lamentar quien vive o quien muere».

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