La Demarcación de Andalucía, Ceuta y Melilla del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos quiere ponerse en la primea línea del frente común que lidere las soluciones para que Andalucía salga cuanto antes de la profunda crisis en la que nos ha hundido la pandemia. “Es tiempo de compromiso y de colaboración para que la actividad económica de nuestra comunidad no se paralice, y la mejor forma que tenemos de hacerlo es la de poner nuestros conocimientos al servicio de esta causa y proyectar las futuras obras que ayuden a recuperar y reconstruir nuestro territorio”, han expresado fuentes de este Colegio, miembro de ASIAN.
Con este objetivo, por acuerdo de su Junta Rectora el pasado 28 de abril, han elaborado un Decálogo de Propuestas y han enviado cartas ofreciendo su apoyo a las administraciones regional, provinciales y locales de Andalucía.
Este plan de recuperación andaluz requiere de una gran eficacia de los gobiernos y necesitaría de un fuerte impulso de consenso en el que “los Ingenieros queremos ser los artífices de la unión y del liderazgo por un mismo objetivo: facilitar y agilizar la vuelta a la actividad en Andalucía y la creación de empleo”. Así se lo han trasladado ya a la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio en una reunión por videoconferencia, donde le han dado conocer su Decálogo.
Al encuentro han asistido la consejera, Marifrán Carazo; el viceconsejero, Jaime Raynaud; el director general de Infraestructuras, Enrique Catalina; el director general de Movilidad, Mario Muñoz; y el director gerente de la Agencia de Obra Pública, Julio Caballero. Por parte del Colegio: el decano, Luis Moral; el vicedecano, Alejandro Grindlay; el Secretario, José Luis Sanjuán; y los vocales Ana Chocano y Fernando Rivas.
Los últimos mensajes lanzados desde el Gobierno central y la Junta de Andalucía, poniendo la Obra Pública, la Construcción y la Ingeniería como motor “imprescindible y vital” de esta reactivación, unido al anuncio de la autorización del reinicio de las licitaciones, insufla cierto halo de esperanza en el sector y “queremos contribuir a que los pasos en esta línea se den con acierto, inteligencia, en base a argumentos técnicos, con la mayor urgencia posible y hacia el mayor rendimiento socioeconómico”.
Los Ingenieros ven necesario alentar un esfuerzo extraordinario, sacando sin demora por vía de urgencia las decenas de licitaciones y contrataciones paralizadas, iniciadas y pendientes, con más recursos humanos si fuera preciso, optando por las vías telemáticas y la admisión de la Declaración Responsable, coordinados con colegios profesionales y agrupaciones empresariales del sector.
El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos propone arbitrar un programa de inversión en obra pública con cabeza, en el que se deje hueco a la colaboración privada, y que ponga límites en estos momentos tan delicados a las bajas temerarias en licitaciones (máximo BM+3), para favorecer que las obras se adjudiquen por norma de acuerdo al precio real, evitando problemas futuros.
En este plan de infraestructuras deben priorizarse los proyectos sostenibles y de servicios públicos, como los del ciclo integral del agua y las energías renovables, el transporte y la movilidad, así como los contratos de mantenimiento y conservación, la protección frente a eventos naturales extremos y los que garanticen la seguridad de las infraestructuras y con ellos de la población. Estas áreas de inversión no sólo requieren un menor coste en sus proyectos y obras sino que tienen un mayor impacto socioeconómico. En esta línea, la Demarcación se congratula por el anuncio de la Junta de Andalucía de que invertirá este año 575 millones en infraestructuras hídricas, cuyas obras se declararon prioritarias hace diez años y que debían estar concluidas en 2015 con cargo al canon del agua.
En el ámbito del transporte, se apuesta por la “Movilidad como Servicio” (Mobility as a Service, MaaS) de una forma plena y por el transporte a la demanda, especialmente en zonas rurales. El transporte y la movilidad se viene reinventando pero requiere que sean las Administraciones las que pongan las directrices. Por ello, propone que desde la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación de Territorio se elabore un Plan Estratégico MaaS.
Otro de los focos de atención debería dirigirse precisamente al medio rural, que tendrá una especial preponderancia tras el estado de alarma, fomentando la mejora de las infraestructuras en materia de carreteras, abastecimiento y saneamiento, energía y telecomunicaciones. Estas infraestructuras no han tenido apenas mantenimiento en los últimos 10 años.
Contribución a la economía
El sector es “imprescindible”, como ha reconocido esta semana el presidente andaluz Juan Manuel Moreno. La construcción supone el 6% del PIB andaluz y el 6’4% del mercado laboral en Andalucía. Sólo en 2019 generó casi 10.000 millones de euros y 250.000 empleos, eso en un momento que aún estaba convaleciente por la anterior crisis. Recordar que por cada 100 euros invertidos en infraestructuras, 62 retornan a la Administración vía tributos, seguros sociales y tasas, y retornando al servicio de la sociedad.
FUENTE: Comunicación Colegio Caminos Andalucía.